La reciente pandemia ha sido el acontecimiento más perturbador que ha afectado al sector turístico en generaciones. Aunque muchas catástrofes anteriores, como las naturales, sanitarias y económicas, han afectado gravemente al sector, ninguna ha sido tan devastadora como la de los dos últimos años.

A escala internacional, se han perdido millones de puestos de trabajo, miles de empresas han quebrado o se han visto obligadas a cerrar, y las pérdidas económicas para las economías locales y nacionales han sido catastróficas.

Sin embargo, algunos sostienen que esta terrible situación podría abrir nuevas perspectivas y oportunidades para reforzar el turismo, haciéndolo más resistente ante futuras pandemias y otros riesgos naturales, climáticos y económicos.

Antes de la pandemia, el famoso destino costero de Agadir y su región de Souss Massa disfrutaban de una actividad turística dinámica, con un crecimiento anual y una buena reputación en los distintos mercados turísticos.

Esta dinámica llegó a su fin en 2020, cuando se restringieron drásticamente los viajes y los viajeros temieron los posibles riesgos para la salud asociados a los destinos extranjeros. Además, muchos mercados emisores como Francia, Alemania y España han impuesto confinamientos estrictos, que hacen imposible viajar a Marruecos o a otros lugares.

Afortunadamente, Marruecos ha sido elogiado por su ejemplar gestión de Covid-19, movilizando considerables recursos para hacer frente a la crisis. En el sector turístico, el Reino ha puesto en marcha iniciativas proactivas como el programa “Bienvenido con seguridad”, que incorpora normas de salud y seguridad a las empresas turísticas para reducir significativamente el riesgo de infección. Esto también ha fomentado los viajes internos, que siguen siendo un componente importante de la industria turística marroquí.